HORIZONTES DE CRISIS
Cuando en marzo de 1996 alcanza el poder el Partido Popular, aun había mucho votante confundido, temeroso o escéptico. Tras una primera legislatura impecable, sucedió que ese voto indeciso cuatro años después cayó del lado de la formación liberal. Misma política y similares logros siguieron en la segunda legislatura pero una serie de factores, externos y ajenos a la gestión del PP, despertaron y movilizaron a los que otrora se agachaban cabizbajos. Esa masa nostálgica del socialismo del GAL y Filesa consiguió intimidar al votante del PP, en la mayoría de los casos, hay que aceptar, no demasiado comprometido en causas políticas. Colofón de todo, la sangre del 11M aúpa definitivamente al poder a un grupo de humoristas: ZP, Pepiño, Caldera, Trini, Desatinos,...
No hay que olvidar que el PP, con escaso control en los medios ante el gran poder prisaico y nulo control en la calle, generaba en su política económica tal confianza en la sociedad que aun con el descontrol social, el único motivo de su derrota electoral está en el trabajo de Bin Laden.
Las escandalosas cifras económicas que maneja en su última legislatura el ladrón Bonsái, fueron corregidas con la brillante gestión de Rodrigo Rato. Una política de libre competencias, de privatización del obsoleto y mastodóntico sector empresarial público, una política de bajada de los tramos del IRPF, son algunas de las medidas adoptadas reducir el paro, aumentar el PIB y aumentar los ingresos públicos. Cualquier economista comprende que una política de reducción de impuesto directo sirve para recaudar mayores ingresos públicos en el medio plazo. Algo que parecen ignorar determinados militantes socialistas y les gusta negar a los exaltados de la hoz y el martillo.
Una Seguridad Social saneada, el paro reducido a la mitad, la temporalidad y los contratos basura se reducen (aunque a algunos les extraña el PP deja unos índices de temporalidad inferiores a los de la etapa felipista que, recordemos, fue quien introdujo en masa esta modalidad de contratación). Más afiliados a la seguridad social sin necesidad de regularizaciones hoy abroncadas desde Europa. Un crecimiento económico envidiable y envidiado que repercutió en el bienestar social de todos los españoles y que creaba la mitad del empleo en Europa. Una gestión económica intachable por alguno de sus extremos era el principal eje de campaña del PP, motivo éste solo suficiente para mantenerlo en el poder. Hoy en día uno de los principales autores de esta proeza económica preside el FMI, por algo será.
El actual ejecutivo, hipotecado por sus socios separatistas y comunistas, en deuda moral con los autoritarios de la pancarta y los Goya; se debate entre la necesidad de continuar la única política sensata, el liberalismo controlado y corregido, o bien complacer a la progresía más chirriante y volver a la política del fracaso: más impuestos, más déficit y con ello menos crecimiento más paro y menos ingresos públicos. En definitiva a la política del felipismo, un 23% de paro, un crecimiento del PIB en negativo del 1% en 1993, un 7% de déficit público y una Seguridad Social que debía 100000 millones de pesetas. El único sensato en el gallinero, Solbes, está castrado por la izquierda ignorante.
Mientras ZP echa la moneda al aire, a vivir de las rentas y la inercia de la gestión económica del PP, a distraer la sociedad con regularizaciones masivas, matrimonios entre dos hombres o entre dos mujeres, abortos sin limitación y apoyar la experimentación científica con todo ser humano que poco menos que no hable. Cuando se acabe el circo a lo mejor hay que decidir sobre como obtener el pan, entonces ya será demasiado tarde y se tendrá que poner en marcha la típica política socialista: limosnas en lugar de trabajo.
No hay que olvidar que el PP, con escaso control en los medios ante el gran poder prisaico y nulo control en la calle, generaba en su política económica tal confianza en la sociedad que aun con el descontrol social, el único motivo de su derrota electoral está en el trabajo de Bin Laden.
Las escandalosas cifras económicas que maneja en su última legislatura el ladrón Bonsái, fueron corregidas con la brillante gestión de Rodrigo Rato. Una política de libre competencias, de privatización del obsoleto y mastodóntico sector empresarial público, una política de bajada de los tramos del IRPF, son algunas de las medidas adoptadas reducir el paro, aumentar el PIB y aumentar los ingresos públicos. Cualquier economista comprende que una política de reducción de impuesto directo sirve para recaudar mayores ingresos públicos en el medio plazo. Algo que parecen ignorar determinados militantes socialistas y les gusta negar a los exaltados de la hoz y el martillo.
Una Seguridad Social saneada, el paro reducido a la mitad, la temporalidad y los contratos basura se reducen (aunque a algunos les extraña el PP deja unos índices de temporalidad inferiores a los de la etapa felipista que, recordemos, fue quien introdujo en masa esta modalidad de contratación). Más afiliados a la seguridad social sin necesidad de regularizaciones hoy abroncadas desde Europa. Un crecimiento económico envidiable y envidiado que repercutió en el bienestar social de todos los españoles y que creaba la mitad del empleo en Europa. Una gestión económica intachable por alguno de sus extremos era el principal eje de campaña del PP, motivo éste solo suficiente para mantenerlo en el poder. Hoy en día uno de los principales autores de esta proeza económica preside el FMI, por algo será.
El actual ejecutivo, hipotecado por sus socios separatistas y comunistas, en deuda moral con los autoritarios de la pancarta y los Goya; se debate entre la necesidad de continuar la única política sensata, el liberalismo controlado y corregido, o bien complacer a la progresía más chirriante y volver a la política del fracaso: más impuestos, más déficit y con ello menos crecimiento más paro y menos ingresos públicos. En definitiva a la política del felipismo, un 23% de paro, un crecimiento del PIB en negativo del 1% en 1993, un 7% de déficit público y una Seguridad Social que debía 100000 millones de pesetas. El único sensato en el gallinero, Solbes, está castrado por la izquierda ignorante.
Mientras ZP echa la moneda al aire, a vivir de las rentas y la inercia de la gestión económica del PP, a distraer la sociedad con regularizaciones masivas, matrimonios entre dos hombres o entre dos mujeres, abortos sin limitación y apoyar la experimentación científica con todo ser humano que poco menos que no hable. Cuando se acabe el circo a lo mejor hay que decidir sobre como obtener el pan, entonces ya será demasiado tarde y se tendrá que poner en marcha la típica política socialista: limosnas en lugar de trabajo.
8 comentarios
creditos -
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, adelantó que la institución que dirige presentará en enero nuevas previsiones para presentar un panorama aún más siniestro. De hecho, Strauss-Kahn situó la salida de la crisis a finales de 2009 o incluso en el año 2010. En opinión del máximo responsable del FMI, tanto el escenario como las perspectivas globales siguen deteriorándose y que 2009 será un año muy difícil para la economía global.
Alcanzar la recuperación económica, necesitará una política muy activa afirmó Strauss-Kahn, aunque dijo no estar seguro de que ya se esté implantando en los diferentes países. De esta manera, el director gerente del FMI sembró la duda sobre las medidas aplicadas hasta ahora, argumentando que no han sido suficientes para superar la actual situación económica.
P'a mear y no echar gota, oiga.
Carlos Menéndez
http://www.creditomagazine.es
Kímiko MC -
Kímiko MC -
David -
Ahora más en serio, este gobierno es un desastre en todos los frentes. Está claro que algunas cosas son "simplemente" desastrosas; y otras indignantes, repugnantes e intolerables como dejar a los asesinos y sus acólitos presentarse a las elecciones vascas. ¿Las familias de las víctimas y la democracia no os importan ya nada? Es una vergüenza.
Kímiko -
David -
David -
Kímiko -